La Europa de la defensa: pequeños pasos esperanzadores

, de traducido por Adriana Roldán Serrano, Cyprien Bettini

La Europa de la defensa: pequeños pasos esperanzadores
El informe sobre el futuro de las relaciones entre Europa y Estados Unidos sería «el primer año de la defensa europea», según el eurodiputado Bernard Guetta (Renew) Fuente: Parlamento Europeo.

Con motivo de las sesiones plenarias del Parlamento Europeo en Estrasburgo, los eurodiputados se reunieron el martes 5 de octubre para debatir y votar numerosas directivas y resoluciones. En esta ocasión, Tonino Picula (S&D) presentó un informe sobre el futuro de las relaciones entre la UE y Estados Unidos ante el Alto Representante Josep Borrell. La presentación del informe dio lugar a acaloradas discusiones, en un momento en el que Estados Unidos, aunque ha vuelto al ruedo, parece dar la espalda a sus socios europeos.

Fue necesario que Estados Unidos diera muestras de debilidad y desinterés para que Europa (re)despertara su conciencia de seguridad. Esta es la conclusión a la que llega el ex ministro de Asuntos Exteriores de Croacia, Tonino Picula (S&D), en su informe sobre el futuro de las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos. Mientras el mundo, y en particular Europa, esperaba que Estados Unidos volviera a la normalidad tras la tumultuosa presidencia de Donald Trump, los acontecimientos actuales parecen mostrar lo contrario. Los recientes acontecimientos en Afganistán y la ruptura del contrato franco-australiano han hecho que los europeos sean conscientes de que Estados Unidos ya no concede necesariamente la misma importancia a sus socios del Viejo Continente. El documento en cuestión propone que la Unión Europea «desarrolle su autonomía estratégica en materia de defensa y relaciones económicas», abriendo así el debate sobre una Unión de Defensa.

Esta mención no hizo sino provocar diversas reacciones en la Cámara. Muchos eurodiputados liberales, aunque celebran este paso adelante, esperan ver en esta toma de conciencia un verdadero inicio de las futuras políticas europeas de defensa. En este sentido, Bernard Guetta (Renew) considera que este informe marca «el primer año de la defensa europea». Una posición compartida por Nathalie Loiseau (Renew), quien añadió que Europa, aunque abandonada por Estados Unidos durante el asunto AUKUS, pudo hacer oír su voz.

Sin embargo, los entusiastas análisis de los liberales solo fueron acompañados por reacciones mixtas de ambos lados de la Cámara. A la derecha, los eurodiputados adoptaron diferentes posturas según su grupo y nacionalidad. Mientras que algunos eurodiputados del PPE han expresado su deseo de que la autonomía se desarrolle dentro del limitado marco de la OTAN, otros colegas ya han lamentado la muerte de la organización transatlántica, argumentando que las noticias sobre Afganistán y los submarinos australianos no son más que ejemplos palmarios del fin de la era del multilateralismo. Una contradicción similar se da entre los diputados de la extrema derecha y de la derecha radical, que no pueden decidir entre la plena lealtad a la OTAN o la retirada total de la alianza militar. Dentro de la izquierda europea se pinta un panorama muy diferente, aunque se enfrenta a las mismas divergencias internas. Mientras que Raphaël Glucksmann (S&D) ansía que la UE «quiera más autonomía y poder» para tener una relación con Estados Unidos «como aliados y no como vasallos», otros eurodiputados socialdemócratas y de extrema izquierda se mostraron mucho más escépticos. A este respecto, Emmanuel Maurel (GUE/NGL) dudó de que en el futuro surja una autonomía estratégica europea, ya que la Unión Europea sigue siendo incapaz de «salir de una especie de subordinación voluntaria» en la que favorece su relación con el todopoderoso Estados Unidos en detrimento de sus propios intereses.

A pesar de las diferencias fundamentales, los debates no se detuvieron únicamente en el tema de la autonomía estratégica. En la derecha, por ejemplo, algunos eurodiputados expresaron su preocupación por los diversos casos de espionaje de que han sido objeto algunos gobiernos europeos en los últimos años. Desde los Verdes hasta la extrema izquierda, las demandas se centraron más en la lucha contra los paraísos fiscales, el respeto de los compromisos climáticos o la lucha contra los monopolios digitales.

Así, por primera vez, los eurodiputados han abordado la cuestión de la autonomía estratégica. Y aunque todavía se enfrentan a muchas reticencias tanto de la derecha como de la izquierda, estos debates intentan definir los rasgos de una soberanía exterior que todavía no se atreve a pronunciar su nombre. Ante las llamadas desesperadas de los eurodiputados, el Alto Representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se apresuró a decir que la cuestión se presentará a los jefes de Estado de la UE en el Consejo Europeo informal de este fin de semana. La pelota está ahora en su tejado...

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