Perspectivas europeas: la importancia del periodismo europeo

, de David Măhălean, Davide Emanuele Iannace, Jérôme Flury, Jorge Moral Vidal, Julia Bernard, Madelaine Pitt, Théo Boucart, Wojciech Zajączkowski

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Perspectivas europeas: la importancia del periodismo europeo

¿Cómo se representa «Europa» en los medios de comunicación de los diferentes Estados miembro? ¿Por qué necesitamos medios europeos con perspectivas europeas? En este artículo conjunto, editores de las siete ediciones lingüísticas de los webzines de JEF escriben sobre las oportunidades y desafíos de la cobertura de temas europeos en los medios estatales en sus respetivos países, y sobre por qué es imperativo analizar a Europa a través de no sólo una lente estatal, sino también europea.

Théo Boucart y Jérôme Flury: Le Taurillon

Hace unos meses se publicó Europe – Rallumer les étoiles (Europa – Reavivar las estrellas). Uno de sus coautores es André Gattolin, vicepresidente de la comisión de asuntos europeos del Senado francés, y la publicación trata de alertar a la población francesa de que la Unión Europea se está enfrentando a su mayor crisis. Los padres fundadores de la integración de Europa crearon con éxito un mercado común para la Unión, pero no consiguieron ayudar a sus ciudadanos y ciudadanas a sentirse europeos. En una entrevista con Le Taurillon (rama francesa de El Europeísta), André Gattolin profundizó su análisis: «Francia ha sido el país más influenciado en cuanto a tendencias históricas, políticas y culturales europeas, y todavía no nos hemos aprovechado de este hecho». Es innegable que el panorama mediático francés es una de las áreas más faltas de visibilización del «Europeismo». Ni siquiera una cadena de televisión francesa retransmitió la conferencia de Ursula von der Leyen sobre el estado de la Unión Europea. Varios estudios que han analizado esta problemática han llegado a una misma conclusión: los medios de comunicación franceses ignoran en gran medida los temas europeos. El mes pasado, las secciones francesas del Movimiento Europeo y de la asociación de periodistas europeos AEJ publicaron una carta abierta para criticar la situación públicamente y proponer algunas soluciones. Una encuesta de 2020 reveló que solo un tercio de la población francesa se consideraba «bien o muy bien informado/a» sobre asuntos europeos. En 2019, un estudio realizado por Fondation Jean-Jaurès concluyó que Europa solo ocupaba el 3 % en las retransmisiones de noticias en Francia. Este fenómeno también abarca los periódicos; de hecho, Libération solía incluir un complemento sobre Europa (Cahier Europe), pero desapareció solo unos años después de su lanzamiento. El problema no es solo cuantitativo, sino también cualitativo. El experiodista André Gattolin lamenta que sus compañeros de profesión tengan cada vez más dificultades para analizar el funcionamiento del poder de Bruselas. Esto acarrea serias consecuencias, ya que el periodismo no es capaz de desmentir las fake news o noticias falsas sobre Europa que las y los políticos ponen en circulación. Además, los corresponsales franceses en Bruselas se enfrentan a la desalentadora tarea de explicar asuntos europeos de alta complejidad a un público desinformado. Para que estos temas sean más accesibles, la prensa del país adopta con frecuencia perspectivas nacionales (o incluso nacionalistas) en vez de un punto de vista transeuropeo, lo que impide la creación de un debate y una democracia paneuropeos.

Madelaine Pitt: The New Federalist

Con la cuenta atrás para un Brexit cada vez más próximo e inquietante, es irónico que los medios de comunicación con sus sedes en Londres [encabecen la última encuesta sobre los medios, EU Media Poll, que clasifica las fuentes informativas con mayor influencia entre quienes dirigen la UE. El Finantial Times consiguió un buen puesto para POLITICO (con sede en Bruselas), mientras que The Economist y BBC obtuvieron el tercer y el cuarto puesto respectivamente. EU Media Poll mide la influencia que tienen los medios sobre los diputados al Parlamento de Bruselas, los funcionarios europeos y las ONGs, (más que sobre el gran público), a la vez que destaca la importancia de los medios de comunicación en lengua inglesa a la hora de difundir información en contextos europeos internacionales que cuentan con gente de diversas lenguas maternas.

En contraste absoluto, es casi innecesario afirmar que la cobertura mediática de asuntos europeos en el Reino Unido es extremadamente escasa. En los últimos años, acaparados por el revuelto proceso para convenir las condiciones de salida de la UE, los informativos sobre asuntos europeos se han visto sesgados por los tabloides o prensa sensacionalista (propiedad de empresas) que dominan las ventas nacionales, a diferencia de los mencionados periódicos o locutores de calidad. Con alarmantemente poca ambición por adherirse a los principios del periodismo de calidad o incluso a la mera distinción entre la verdad y la falsedad (sobre todo a la hora de hacer eco de los diputados conservadores), tales publicaciones aseguran años de titulares llenos de sentimiento euroescéptico, y, en efecto, desinformación. La imagen de Europa, su labor y su significado en los medios de comunicación británicos siempre han estado moldeados por una perspectiva británica muy influenciada.

Ya es tarde, pero en el Reino Unido y en otros países, urge más y mejor cobertura sobre asuntos europeos, con perspectivas europeas. ¿Qué hubiera pasado si las y los votantes británicos hubieran entendido no solo que invertíamos £ 350 millones a la semana en la membresía de la UE, sino también cómo se organizan y emplean los presupuestos europeos? ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos comprendido que el bote de dinero colectivo no se desvanece en Bruselas, sino que se destina a la política de cohesión (para asegurar que el mercado común funciona) y a muchas otras causas con un beneficio común? ¿Qué hubiera pasado si hubiéramos comprendido qué es lo que este beneficio mutuo puede lograr para regiones y ciudadanos por todo el continente? Con la multitud de poderosos medios de comunicación británicos, europeos e internacionales en lengua inglesa progresando en la burbuja de Bruselas, la prensa británica no tiene excusa para no estar mejor informada sobre cuestiones europeas y proporcionar una cobertura al público británico que le permita identificarse con las preocupaciones, éxitos, subsistencias, realidades e identidades del resto de europeos y europeas.

Julia Bernard: Treffpunkteuropa

Escribe «Europa» y «Krisen» («Crisis») en un buscador de Internet en Alemania y encontrarás un sitio web dedicado única y exclusivamente a «crisis» europeas, en concreto, el Brexit, la llamada «crisis europea de refugiados», el auge del nacionalismo y la persistente batalla de la UE contra el terrorismo. Aunque podríamos pensar que se trata de un sitio web dirigido por algún euroescéptico (aunque obviamente se aceptan críticas de personas proeuropeas), este sitio web es producto de ZDF, una difusora nacional de televisión pública de Alemania que ha sido la más vista en el país durante años. El mencionado sitio web ‘europas-krisen.zdf.de’ («Crisis europeas») está únicamente dedicado a las dificultades de Europa. La difusora ZDF ha estado informando sobre asuntos de la Unión Europea durante décadas, pero, sin embargo, describe estos temas urgentes de manera grisácea, con los problemas bajo el foco. Por ello, solo podemos preguntarnos cómo contribuyen los medios de comunicación alemanes en lo que se refiere a explicar la división política en vez de aportar. ¿Están los medios alemanes dando una imagen desoladora de la UE?

(Still have to check whether we can use a Screenshot of the website.) En cuanto a la cobertura mediática de la UE, la mayoría de estados miembros muestran una fuerte tendencia a informar desde una perspectiva nacional. Por poner un ejemplo, un informe publicado en 2009 que analiza la cobertura mediática alemana de la «Crisis del euro», ilustró el punto de vista profundamente nacionalista que predomina en la mayor parte de medios de comunicación. De hecho, esta crisis que afectó a varios estados miembros de la Eurozona fue representada como un conflicto entre Grecia y Alemania; en casi todas las ocasiones, la complejidad de la crisis se redujo a Merkel contra Tsipras y sus «duelos políticos y económicos». Mediante la cobertura unilateral, una gran proporción de medios de comunicación alemanes no solo contribuyeron a la división, sino que desgastaron la capacidad de solventar conflictos internacionales de la UE. Hoy en día, es innegable que la situación ha cambiado: en 2019, difusores alemanes retransmitieron el debate electoral europeo Spitzenkandidaten en horario de máxima audiencia. Además, temas como la emergencia climática y la sanidad han llevado a la UE a los titulares, y no solo para lo negativo. A pesar de todo esto, prevalecen los déficits estructurales. Las y los corresponsales alemanes en Bruselas se enfrentan a la descomunal tarea de hacer asuntos de alta complejidad accesibles a un público apenas informado. Para colmo, las fuentes periodísticas, con tal de llamar la atención, favorecen las perspectivas nacionales y relegan a segundo plano las transnacionales o las europeas, y, por ello, una espectacular tendencia se manifiesta: los problemas se europeízan, y los éxitos, aunque raramente mencionados, se nacionalizan.

Davide Iannace: Eurobull

Houston, tenemos un problema. La realidad es dura para cualquiera que lea o escuche prensa italiana. Los artículos, a menudo mal escritos bajo títulos sensacionalistas, se publican en las plataformas de redes sociales como cebo para lectores mediocres. Nos bombardean con contenido poco específico e impreciso que casi siempre prioriza las opiniones a los hechos. Mientras tanto, periodistas independientes y pequeñas webzines y revistas tratan sin descanso de ofrecer servicios fiables al público; el panorama mediático es desesperanzador. La Unión Europea probablemente es uno de los temas más desatendidos por los medios de comunicación. Las fuentes informativas casi no tratan temas europeos, y, cuando lo hacen, carecen de herramientas adecuadas para comentar y explicar el funcionamiento de esta extremadamente compleja institución. Muchas veces se ha etiquetado a este mundillo de oficinas en Bruselas de tecnocracia, de distante y de alejado del resto de Europa. Sin embargo, esta calificación no podría estar más lejos de la realidad. La falta de entendimiento general ha causado un efecto cascada en los lectores y oyentes. Está claro que necesitamos darle la vuelta a la representación errónea de la Unión Europea, y, para ello, debemos enfrentarnos a los asuntos más urgentes y destacar la influencia positiva de la UE. Obviando que lograr una imparcialidad completa en los medios de comunicación es imposible, la prensa, a pesar de todos sus esfuerzos, siempre va a inclinarse hacia un extremo del abanico político. Aun así, sin duda, es posible hacer un mejor trabajo. Es posible informar más sobre la UE, como también lo es hacerlo de un modo más detallado, describiendo sus instituciones como realmente son: no una tecnocracia, sino una representación de la ciudadanía europea y de sus países. Los gobiernos, por ahora, deciden sobre Europa y sobre sus políticas, y son los ciudadanos europeos quienes escogen de manera directa a los miembros del Parlamento Europeo. No podemos considerarnos externos a la Unión Europea porque formamos parte de ella. Estar dentro de la UE significa aceptar la importancia que tiene en nuestras vidas. En una democracia, la gente tiene el derecho y la obligación de mantenerse informada sobre los procesos políticos que se estén desarrollando a cada momento. En Europa, eso significa que cada uno de sus ciudadanos tiene el derecho de estar informado sobre las políticas de la Unión Europea, el trabajo de sus instituciones, sus equivocaciones y sus resultados, sean positivos o negativos. Una ciudadanía informada solo puede lograrse mediante la prensa libre y competente. Urge abandonar los titulares sensacionalistas y el uso irreflexivo de las redes sociales. Necesitamos que los medios de comunicación dejen de lado la tediosa difusión de opiniones y que se dediquen a transmitir contenido. Avanzar en esta dirección no solo ayudará a la prensa a reestablecer su rol original como pilar de nuestro sistema democrático, sino que también garantizará a los ciudadanos y ciudadanas, sean de Italia de o de cualquier otra parte de Europa, el derecho de saber, de estar informados y de ser capaces de tomar decisiones argumentadas sobre su futuro político.

Jorge Moral Vidal: El Europeísta

Alguien dijo una vez que solo existe lo que se dice en alto, y, en España, en lo que se refiere a cobertura mediática de temas europeos, resuenan algunas palabras dispersas; por aquí, Europa es percibida como una voz distante, que, de vez en cuando, nos recuerda que debemos portarnos bien. Por esto mismo, es imprescindible abordar el tema europeo con el espacio que se merece, y, por tanto, dar paso a que «exista». Si queremos conseguir eso, debemos asegurarnos de que Europa se considere un medio para la integración social y cultural, trabajando en un esfuerzo colectivo que va mucho más allá de un marco económico común.

Del mismo modo, nuestro deber es sacar Europa a la luz, a las noticias, escribir sobre ella en la prensa, tratar sus temas tanto en espacios formales, como en informales; en resumen, debemos hacer a Europa parte de nuestras vidas cotidianas, y abordar sus temas desde una perspectiva crítica y un enfoque constructivo. Más concretamente, quienes trabajamos y dedicamos nuestro tiempo a los intereses de Europa tenemos la responsabilidad de comunicar que, a veces, la UE nos plantea retos, y, a veces, incluso decepciones. Sin embargo, ni retos ni decepciones hacen que escribir y leer sobre Europa sea menos necesario. No olvidemos que estar al día con Europa hoy significa aprender del pasado. Si algo hemos aprendido del confinamiento de 2020 es que, ante los problemas, nadar por cuenta propia es poco efectivo y que debemos aprender a remar juntos.

Desde El Europeísta, tratamos de que Europa sea algo más que unas meras elecciones cada cinco años. Esta tarea es tan difícil como importante, incluso más en el contexto de desinformación, noticias falsas, posverdad y conformidad en el que vivimos. Precisamente por esta razón desempeñamos nuestro trabajo de defensa política de asuntos europeos en España; nuestro objetivo es ayudar a Europa y sus instituciones para que lleguen a ser temas recurrentes del debate público.

Wojciech Zajaczkowski: Kurier Europejski

La libertad de prensa en la Unión Europea está legalmente garantizada por la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE. Más específicamente, el artículo 11.2 contempla: «Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo». Sin embargo, durante la pasada década, se ha demostrado que en algunos estados miembros no se da esta circunstancia, sobre todo en Hungría y Polonia. Desde la llegada al poder del partido llamado Ley y Justicia en 2015, Polonia ha caído del puesto número 18 al 59 en la Clasificación mundial de la libertad de prensa, un ranking anual creado por Reporteros Sin Fronteras. La principal razón de este descenso fue la toma de control por parte del gobierno de los medios de comunicación públicos, concretamente del canal de televisión TVP y de la empresa de radio Polskie Radio. Con la excusa de la necesidad de un pluralismo mayor, el gobierno despidió a la plantilla existente y contrató a trabajadores afines al partido Ley y Justicia. El símbolo de «cambio a mejor» en la televisión es Jacek Kurski, director de TVP. Solo en el último año, su propaganda ha recibido más de 0.45 mil millones de euros del presupuesto del gobierno. Los medios de comunicación públicos se centran en alabar al partido que gobierna y en atacar a la oposición y a las minorías, mayormente, refugiados y la comunidad LGBT+. Desafortunadamente, la prensa pública suele ser la única fuente de información para las y los habitantes de pequeñas localidades, ya que hasta allí no llega la señal de los medios de comunicación privados. El tipo de propaganda que a la gente de grandes ciudades le parece ridícula puede ser tomada por propaganda seria por los habitantes de las áreas rurales que carecen de fuentes de información privadas. Esto afecta a la imagen de la Unión Europea, ya que, a menudo, es descrita muy negativamente; nunca se ha considerado como una comunidad de la que Polonia forme parte y se percibe como una potencia corrupta y ciega; una hucha. Recientemente se ha anunciado la adquisición por parte de Orlen, la compañía petrolera pública más grande, de PolskaPress, el holding de prensa que incluye en torno a 100 periódicos locales. Esta jugada se ha interpretado como el primer paso para la «Orbanización» del sector mediático polaco. En vista de esto, está claro que es más importante que nunca continuar con la labor periodística, sea online o mediante los métodos tradicionales.

David Mahalean: România Europeană

Los rumanos y rumanas todavía tenemos problemas a la hora de conseguir nuestra dosis diaria de información. El país está traumatizado por 50 años de dictadura y por otros 30 de democracia artificial en la que siempre las mismas personas compartían el poder, chaqueteando entre los grandes partidos sin despeinarse. Ante esta situación, los rumanos perdieron la esperanza por completo y siempre están preparados para escuchar malas noticias o incluso alguna decepción, ya que todo parece estar en su contra. Por esta razón, Rumanía es un país relativamente favorable a la hora de propagar fake news. Todas estas circunstancias concurren en que incluso el ciberanzuelo más inofensivo puede llegar a ser fatal para la calidad de la información que recibe la población de Rumanía. Aunque la mayoría de noticias se escriben de forma muy subjetiva, representando frecuentemente los intereses de algún partido político, y aunque los medios de comunicación estén fuertemente influenciados por agentes externos, hay esperanza. En Rumanía están brotando algunas nuevas semillas de prensa de calidad. Algunas de ellas se limitan a presentar la información como la buena prensa debería: imparcialmente, con buenas fuentes de información, verificadas. Otras llegan más lejos y se dan a conocer por sus investigaciones, sacan a la luz casos de corrupción y otros asuntos del sistema administrativo de Rumanía. Pronto podríamos ver cómo estas agencias de prensa se vuelven masivas, lo que es una buena noticia porque un ciudadano bien informado es un ciudadano con una base sólida y la democracia solo puede funcionar con ciudadanos y ciudadanas de este tipo. Los temas relacionados con la UE son cubiertos bastante bien por la prensa rumana, incluso en este momento, dado que la UE es un asunto relevante en las vidas cotidianas de la ciudadanía rumana. En este país, la gente está conectada a la Unión Europea no solo porque Rumanía forma parte de la UE, sino también porque una gran parte de su población reside fuera del país, pero dentro de las fronteras de la UE. Los fondos y ayudas europeas también son de gran importancia para Rumanía, por lo que estos asuntos se cubren como es debido en las noticias, especialmente, con información sobre los fondos de rescate por la pandemia. La prensa también informa sobre aspectos sociales de la vida política en otros países europeos, y temas como las protestas lideradas por mujeres en Polonia, las elecciones de Bielorrusia o las acciones anti-LGBT+ que tuvieron lugar en Polonia y en Hungría han llegado al foco informativo que las agencias de prensa difunden al público rumano.

Agradecimientos especiales a Théo Boucart por organizar esta pieza colaborativa.

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